Déficit español actual
El déficit del Estado subió un 20% hasta septiembre y alcanzó los 28.531 millones de euros, lo que supone un 2,56% del PIB, con lo que casi alcanza la previsión del 2,6% del producto interior bruto para el conjunto del año, según los datos publicados hoy por el Ministerio de Hacienda.
Así, la cuantía del déficit se ha incrementado un 20% en comparación con los nueve primeros meses del año pasado, cuando era de 23.772 millones. En lo que se refiere a su equivalencia con el PIB también se ha incrementado, pues hace un año era el 2,21% del PIB.
En el capítulo de ingresos, se registró un descenso de los recursos impositivos del 4,3%, con un total de 108.099 millones, mientras que las cotizaciones sociales repuntaron un 0,3%, hasta los 5.726 millones.
La evolución de los impuestos viene determinada por el descenso del 12,6% de los impuestos corrientes sobre la Renta y el Patrimonio, con un total de 38.547 millones; y por el aumento del 1,1% de los impuestos sobre la producción y las importaciones. En concreto, la recaudación de IVA repuntó un 2,2%.
Mientras, los ingresos del Impuesto de Sociedades cayeron un 24,9%, al pasar de 15.651 millones en 2015 a 11.751 millones en 2016, debido principalmente al descenso de los pagos fraccionados originado por la desaparición en 2016 de medidas de ejercicios anteriores. Hacienda indicó que esta evolución se corregirá en los datos de los próximos meses tras la reforma del impuesto aprobada y que ya está en vigor.
En cuanto a los gastos, se registró una disminución del 4,7% de los intereses, del 4,2% en consumos intermedios y del 2,6% en la aportación para financiar el Presupuesto de la Unión Europea.
También las transferencias corrientes entre Administraciones Públicas, que son la partida de mayor volumen, descienden un 0,5%, fundamentalmente por las menores transferencias realizadas al Servicio Público de Empleo Estatal para financiar las prestaciones por desempleo en 4.653 millones, “gracias a la favorable evolución del mercado laboral”, defendió Hacienda.
Fuente: elEconomista.es